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¿Qué aportan la realidad virtual y la realidad aumentada a las operaciones de mantenimiento?

XavierBiseul
Xavier Biseul
4 de septiembre de 2018
7 min de lectura

La realidad virtual permite formar a los técnicos antes de que estos intervengan sobre el terreno, mientras que la realidad aumentada les ayuda en las operaciones de mantenimiento. En ambos casos, las primeras experiencias adquiridas resultan concluyentes.   Las tecnologías de realidad virtual y realidad aumentada, en general, se asocian al mundo del ocio y del entretenimiento. Se nos vienen a la cabeza de inmediato juegos de inmersión como Pokemon Go, o los filtros de Snapchat, que generan un gran entusiasmo entre los amantes de los selfies, pero nos estaríamos olvidando de sus aplicaciones profesionales. Desde el diseño de una maqueta virtual hasta la telemedicina, pasando por la preparación de pedidos en plataformas de selección logística, sus posibilidades son casi infinitas.   No es ninguna coincidencia que Google haya reposicionado las Google Glass en aplicaciones B2B tras la moderada acogida de sus gafas conectadas entre particulares. La multiplicación de los cascos de realidad virtual en el mercado del consumidor del tipo HTC, Vive, Samsung y Oculus ha beneficiado además, a su vez, al ámbito laboral, reduciendo el coste de estas tecnologías hasta entonces especialmente costosas.

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Formación y visita virtual de emplazamientos delicados

Los profesionales del mantenimiento tienen mucho que ganar si aprovechan todo lo que ofrece la realidad virtual, empezando por la formación de los técnicos. Con la realidad virtual, son los emplazamientos los que se desplazan a los técnicos y no al revés. Van a poder sumergirse en su futuro día a día en el trabajo y conocer la topología del emplazamiento en el que tendrán que intervenir.   Desde cualquier lugar, los técnicos van a poder practicar los pasos a dar, repetirlos hasta la saciedad y permitirse cometer errores sin peligro. Una incorrecta manipulación no implicará ningún daño en el equipo objeto de mantenimiento. Este aprendizaje es especialmente útil antes de realizar cualquier tipo de servicio en emplazamientos sensibles y/o alejados, como centrales nucleares, refinerías o plataformas petrolíferas.   Con la realidad virtual, la comprensión de los retos propios de las operaciones de mantenimiento es más ilustrativa que con manuales técnicos o presentaciones en PowerPoint. Los interesados se ven inmersos en una situación “real”. La realidad virtual permite, además, multiplicar los entornos y simular acontecimientos de carácter excepcional o condiciones meteorológicas particulares: trabajo nocturno, bajo un chaparrón o una tormenta de nieve, etc.

La industria aeronáutica, energética y el sector de la construcción de edificios y obras públicas: pioneros de la realidad virtual

A la vez que mejora la eficacia de las acciones de formación y reduce sus costes, la realidad virtual se ha introducido en industrias en las que el tiempo dedicado a los procedimientos relativos al mantenimiento de los equipos supone, en algunos casos, cientos de horas por operador al año.   Este es el caso de la industria aeronáutica, en la que las operaciones de MRO (maintenance, repair and overhaul – mantenimiento, reparación y operaciones) constituyen un reto clave con el crecimiento exponencial del tráfico aéreo. Recrear virtualmente aeronaves evita su movilización en tierra, que resulta especialmente costosa. El constructor aeronáutico Airbus o el fabricante de motores Safran recurren a este tipo de aplicaciones inmersivas.   Los proveedores energéticos también recurren a la virtualidad. GRTgaz imparte formación de este tipo a los técnicos de mantenimiento que deben intervenir en las compuertas y cámaras de descompresión de su red. Sus avatares revisan las averías más frecuentes.  

El big bang del BIM

El sector tradicional de la construcción y obras públicas también vive su revolución digital con el BIM (“Building Information Modeling” o modelado de información de construcción). Este BIM consiste en idear un avatar virtual de un edificio que incluya todas sus características físicas, técnicas y funcionales.   Podrán compartir esta maqueta digital todos los interesados, desde el arquitecto hasta el cliente final, pasando por la oficina técnica, el jefe de obra o el propietario, para todo lo relativo a las operaciones de mantenimiento.   La realidad virtual puede aplicarse a las tareas relacionadas con el mantenimiento, como la inspección del lugar, el control de calidad o la política de seguridad (plan de prevención, sensibilización de nuevos colaboradores, etc.). La empresa de trabajo temporal Manpower la utiliza como una herramienta de prevención de riesgos laborales en obras de construcción. Prepara de este modo a sus trabajadores temporales para que actúen correctamente en caso de accidente grave.

Realidad aumentada: sobreimpresión de toda la información útil

La realidad virtual no debe confundirse con la realidad aumentada. Mientras que la primera permite preparar las órdenes de trabajo, la segunda ayuda al operario durante el desarrollo de la propia orden de trabajo. Como su propio nombre indica, la realidad aumentada permite superponer información contextual sobre la visión de la realidad.   El técnico de mantenimiento “aumentado” va a disponer de todos los datos útiles que le guiarán en su trabajo: planos, fichas técnicas, manuales de instrucciones, etc. Cuando escanee el código QR asociado al equipo objeto de mantenimiento, accederá a la lista de las operaciones que hay que realizar.   Dispondrá, además, de todos los datos sobre el correcto estado de la instalación, como la presión, la temperatura o el nivel de humedad, recogidos gracias a los sensores conectados. Finalmente, en el sector de la construcción y obras públicas, un técnico de mantenimiento “verá” el interior del edificio, como los cables eléctricos situados por encima del falso techo o las tuberías ocultas por un encofrado.  

El técnico tiene las manos libres para realizar la reparación

Todos estos datos se mostrarán sobreimpresos en una tablet, un smartphone, gafas conectadas o incluso directamente en el equipo objeto de mantenimiento, mediante un proyector. Estos sistemas presentan la ventaja de eximir al operador de consultar la documentación técnica y le dan incluso la posibilidad de tener las manos libres, en el caso de cascos y gafas de realidad aumentada.   Esta interfaz hombre-máquina también puede servir al técnico para solicitar piezas de repuesto o recibir la ayuda de un experto a distancia para poder afinar su diagnóstico. Para ello, basta con que comparta su visualización en 3D con él. Con ello, se mejora la tasa de resolución en la primera vidita.

Las posibilidades de la realidad mixta con HoloLens

Con HoloLens, presentado en 2015, Microsoft va un paso más allá en la interpretación de la virtualidad en el mundo real. Este casco denominado de realidad mixta permite simular hologramas en el campo de visión del usuario. Estos hologramas coexisten con los objetos físicos e interactúan con ellos.   También en este caso, HoloLens va a ayudar a formar a los técnicos en los procedimientos propios de cada aparato o a darles apoyo en servicios delicados. Este es el caso de los agentes de Orano, que trabajan en entornos complicados. Su ropa de protección nuclear limita sus movimientos y sus guantes no les permiten manipular ninguna pantalla táctil.   Otros fabricantes recurren al dispositivo holográfico de Microsoft. Total lo utiliza para formar a sus técnicos de mantenimiento para la sustitución del limitador del nivel de llenado de los tanques de combustible. Dassault Aviation utiliza HoloLens para realizar operaciones de mantenimiento y el seguimiento de los aviones Rafale y Falcon.

Tecnología en las operaciones de mantenimiento   

Todas estas nuevas tecnologías aportan un gran valor en las operaciones de mantenimiento, pero para aprovechar sus beneficios lo primero es contar con un software de Field Service que permita gestionar de forma digital todas las operaciones de campo. Desde la planificación de las órdenes de trabajo hasta la comunicación con clientes.